[postlink]http://nononopasaran2.blogspot.com/2010/02/casey-dans-nos-histories-subtitulado-en.html[/postlink]http://www.youtube.com/watch?v=kOR1lSs_knUendofvid
[starttext]
Estribillo:
Puedes creerme, no hay esperanza,
solo dolor en nuestras historias.
Puedes creerme, no hay victoria,
solo dolor en nuestras historias.
Ninguna diferencia en esta dulce Francia,
entre mi pasado, mi presente y mi sufrimiento.
Estaré en el fondo del precipicio o encima,
pero en todo caso vivo y odiando a ultranza.
Mis cicatrices son culpa del stress,
de los prejuicios racistas que me oprimen,
de los azules, de los quistes, de las penas y de las cadenas.
Los indígenas son origen de sus riquezas,
si se nos agrede, pues agredimos.
Apalearon a negros y violaron a negras,
nuestras heridas son grandes y en mi cráneo están.
Angustia y moral baja en nuestros cocos,
esto bloquea nuestras vidas cada vez más,
señalamos nuestro pedigree en el curriculum.
¿Como quieres que mi cólera cese
cuando el colono es tan cruel como las S.S.?
Estribillo:
Puedes creerme, no hay esperanza,
solo dolor en nuestras historias.
Puedes creerme, no hay victoria,
solo dolor en nuestras historias.
Seguridad social y prestación social son mi novela,
negras nubes de tormenta son mi clima,
alambradas, parábolas en un panorama
de comas y úlceras de estómago.
Los chicos están traumatizados y sin salida,
y pierden sus sueldos en las apuestas,
en una economía donde el parado es un enemigo
y los finales de mes matan desde el anonimato.
Tiendas cerradas, famacéuticos armados,
padres tan alarmados como desarmados
por las decepciónes, los reproches, los remordimientos,
y las ventas de antidepresivos son record.
Desintoxicación y después los campos oscuros,
se nos procura droga dura para un pinchazo,
esto sin recursos ni salidas de emergencia
y sin miradas de compasión por nuestros recorridos.
Estribillo:
Puedes creerme, no hay esperanza,
solo dolor en nuestras historias.
Puedes creerme, no hay victoria,
solo dolor en nuestras historias.
Nada de vivir para sostener las vigas
y para ver por la ventana solo desgracia y malestar
y conocer solo los muros que me han visto nacer,
me han visto crecer y me verán desaparecer.
De estar siempre en el punto de mira,
para sufrir el miedo y el hambre en el vientre.
De doblarse ante el jefe y el maestro,
y reflexionar sobre esto cuando ellos vuelven
a maltratarnos de ocho a ocho y media.
Nuestras vidas escriben grandes títulos en sus capítulos,
los periodistas flipan y sus corazones palpitan,
se inquietan cuando emiten nuestra desgracia.
No hay esperanza en mi perímetro,
mi cota es nula en su aplausómetro.
Puedes creerme, hacerte el sorprendido y sonreir con ironía,
pero este es el punto de vista de los condenados de las colonias.
Estribillo:
Puedes creerme, no hay esperanza,
solo dolor en nuestras historias.
Puedes creerme, no hay victoria,
solo dolor en nuestras historias.
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Casey - Dans nos histories (En nuestras historias)
Estribillo:
Puedes creerme, no hay esperanza,
solo dolor en nuestras historias.
Puedes creerme, no hay victoria,
solo dolor en nuestras historias.
Ninguna diferencia en esta dulce Francia,
entre mi pasado, mi presente y mi sufrimiento.
Estaré en el fondo del precipicio o encima,
pero en todo caso vivo y odiando a ultranza.
Mis cicatrices son culpa del stress,
de los prejuicios racistas que me oprimen,
de los azules, de los quistes, de las penas y de las cadenas.
Los indígenas son origen de sus riquezas,
si se nos agrede, pues agredimos.
Apalearon a negros y violaron a negras,
nuestras heridas son grandes y en mi cráneo están.
Angustia y moral baja en nuestros cocos,
esto bloquea nuestras vidas cada vez más,
señalamos nuestro pedigree en el curriculum.
¿Como quieres que mi cólera cese
cuando el colono es tan cruel como las S.S.?
Estribillo:
Puedes creerme, no hay esperanza,
solo dolor en nuestras historias.
Puedes creerme, no hay victoria,
solo dolor en nuestras historias.
Seguridad social y prestación social son mi novela,
negras nubes de tormenta son mi clima,
alambradas, parábolas en un panorama
de comas y úlceras de estómago.
Los chicos están traumatizados y sin salida,
y pierden sus sueldos en las apuestas,
en una economía donde el parado es un enemigo
y los finales de mes matan desde el anonimato.
Tiendas cerradas, famacéuticos armados,
padres tan alarmados como desarmados
por las decepciónes, los reproches, los remordimientos,
y las ventas de antidepresivos son record.
Desintoxicación y después los campos oscuros,
se nos procura droga dura para un pinchazo,
esto sin recursos ni salidas de emergencia
y sin miradas de compasión por nuestros recorridos.
Estribillo:
Puedes creerme, no hay esperanza,
solo dolor en nuestras historias.
Puedes creerme, no hay victoria,
solo dolor en nuestras historias.
Nada de vivir para sostener las vigas
y para ver por la ventana solo desgracia y malestar
y conocer solo los muros que me han visto nacer,
me han visto crecer y me verán desaparecer.
De estar siempre en el punto de mira,
para sufrir el miedo y el hambre en el vientre.
De doblarse ante el jefe y el maestro,
y reflexionar sobre esto cuando ellos vuelven
a maltratarnos de ocho a ocho y media.
Nuestras vidas escriben grandes títulos en sus capítulos,
los periodistas flipan y sus corazones palpitan,
se inquietan cuando emiten nuestra desgracia.
No hay esperanza en mi perímetro,
mi cota es nula en su aplausómetro.
Puedes creerme, hacerte el sorprendido y sonreir con ironía,
pero este es el punto de vista de los condenados de las colonias.
Estribillo:
Puedes creerme, no hay esperanza,
solo dolor en nuestras historias.
Puedes creerme, no hay victoria,
solo dolor en nuestras historias.
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